CAPITULO 3
COMPONENTES DE LA IDEOLOGIA BATLLISTA
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bordaremos en esta parte del estudio las
diferentes corrientes filosóficas que confluyeron en la conformación de la
ideología batllista, las que tuvieron una estrecha vinculación y presencia en el
ámbito nacional desde la Guerra Grande, siendo permanentemente puntos de
referencias tanto de hombres como de ideas.
Presentaron algunos notorios e
indiscutido aporte, y aunque otras puedan ser hoy tema de discrepancia y debate
por su inclusión, pensamos que bienvenidas sean también éstas a los efectos de
enriquecer el debate filosófico. Además debemos de tener presente que esta
ideología batllista que en su momento fue una impronta del Partido Colorado hoy
podemos decir que es una “marca” del
Uruguay y está presente en más o menos medida en todos los partidos políticos.
DIAGRAMA
Nº 3
CORRIENTES
QUE SE PUEDEN RASTREAR EN LA IDEOLOGIA BATLLISTA
La conformación del pensamiento
batllista tuvo una visión global de la sociedad, que evolucionó tanto en la persona
de Batlle como en el entorno del país. Su matriz fue la suma de las diferentes
corrientes filosóficas del Uruguay de la segunda mitad del siglo XIX, donde el Estado las articulará en un corpus definido
de ideas en el nuevo siglo.
Asimismo resulta importante destacar
tanto el viaje a Europa antes de su primera presidencia, como la recorrida que
hizo por el Viejo Continente al dejar la misma.
Batlle asimilará durante su vida
diferentes corrientes, teniendo la virtud de intentar aplicarlas a una realidad
concreta que podría tal vez ser distinta a la del lugar de origen, pero tomando
de ellas lo que podía ser aplicado en la sociedad uruguaya.
Siempre está presente la fe en la acción
del Estado a través de la Ley y el Derecho como instrumentos de cambio social. La ley, dondequiera que
se aplique su influencia, es importante y grande en la marcha de las sociedades, pero su
acción es más enérgica en aquellos pueblos habituados a que la iniciativa descienda del poder, y en aquellas
cuestiones en que el impulso individual rara vez opone bastante resistencia al
movimiento que quiere imprimirle el que habla en nombre de la sociedad y tiene
su fuerza.
Las revoluciones han sido siempre un
impulso hacia la igualdad de derechos y un buen movimiento hacia el eterno
ideal de la democracia. Y sin revoluciones, ¿habría los derechos que hay hoy?
Para entender esto, tratemos de unir esta idea a la significación que de la
misma tenía El Día en aquellos
tiempos: "La justicia es la clave de
la seguridad social. Su acción se injiere en todas las articulaciones de la
comunidad y al dirimir en definitiva los conflictos que se suscitan en la
intimidad de la familia, a la vez que las cuestiones rumbosas producidas por el
choque de grandes intereses, ejerce una influencia poderosa en la marcha
general del país".[1]
El país necesitaba una nueva
organización administrativa, ya que ésta era lenta en adaptarse a los cambios
que se estaban viviendo.
La construcción democrática del país se
hará tanto entre los actores políticos como
los sociales, aunque debemos determinar el proceso de transformación que se
pudo llevar a cabo en gran parte por el pujante avance del batllismo. Si éste
tuvo una ubicación privilegiada se debió a su permanencia en el poder por
largos períodos de gobierno.
Veremos en el desarrollo de esta parte
cómo las diferentes corrientes fueron realizando la obra social, política,
económica y cultural del Uruguay de principio de siglo XX.
Se buscó la igualdad social entre todos
sus integrantes, acompasando este cambio en el aspecto económico y cultural,
para llegar al área política, que se enfoca por un lado en la concepción del
Estado y su entorno y por otro en la participación de los ciudadanos en la vida
pública.
Es así como los colombianos veían a
nuestro país en 1925: "Señores
delegados: Ruego se me permita explicar
el origen de estas iniciativas, ya que esas proposiciones son tomadas del
Partido Liberal del Uruguay. Ese partido llamado "Partido Colorado",
que ha podido conservarse en el poder por más de 50 años merced al apoyo de la
opinión, ha hecho de aquel país la primera democracia de Sud América, que se
cita con justicia y como ejemplo en los más sabios consejos de Europa.
Todo
lo que el Uruguay ostenta hoy en materia de progresos constitucionales lo debe
casi exclusivamente a aquella fuerza política, que puede ufanarse de las
conquistas alcanzadas mediante ruda y prolongada labor. A contar de 1904 la
historia del país se confunde con la historia de ese partido afortunado, que ha
tenido un conductor de capacidades excepcionales, verdadero estadista que dio
el impulso a cada una de las obras realizadas que hoy hacen honor a aquella
república y a la América. El señor Batlle y Ordóñez, que ya declina en la vida,
uno de los pocos hombres sobresalientes de este continente, fue el inspirador
de casi todo lo que al Uruguay enorgullece hoy como progreso político.
El
Partido Colorado es un verdadero partido liberal. Dominado por la inquietud
ideológica pudo agitar y remover las conciencias, hacer del suelo de Artigas un activo laboratorio donde se
ensayan las más avanzadas teorías, y cambiar por inútiles e inservibles los
resortes todos del antiguo mecanismo social.
Allí
sí tiene vida real, objetiva, las doctrinas democráticas. Imperan leyes
basadas en la justicia que sujetan a normas las relaciones de los hombres, así
en la vida privada, como en la vida social y política. ¡Pudiera citar tantas!
Al partido liberal que preside los destinos de ese país se le debe la forma de
gobierno colegiado, único en el mundo, todavía en vía de ensayo, y que acabó ya
con el caudillaje y con las facultades extraordinarias de los Ejecutivos
unipersonales; a ese partido se le debe el arbitraje obligatorio, que sigue
siendo sueño de visionarios en muchos otros países; se le debe la absoluta
separación de la Iglesia y del Estado, sin persecuciones, sin luchas
religiosas; la enseñanza pública gratuita, pues no se pagan derechos de
matricula; la enseñanza obligatoria con estímulos especiales ... el divorcio
por la sola voluntad de la mujer, y sin necesidad de expresar la causa; la
amplia legislación a favor de los hijos naturales para probar la paternidad, y
que les permite heredar como hijos legítimos y llevar el apellido del padre ...
la ley de 8 horas para todos los trabajadores sin excepción; la ley de la silla
... el voto obligatorio, proporcional y secreto...".[2]
Todo lo referido por el legislador
colombiano, determinó para nuestro país un largo proceso de debate sobre el
cual hubo numerosas marchas y contramarchas, haciéndose presentes innumerables
resistencias, muchas veces por el solo temor que provocan los cambios y el
enfrentamiento a algo nuevo y desconocido.
Estos debates y aportes de ideas
referidas confluyen en la formación de la ideología batllista teniendo su
inmediato resultado en una nueva visión del Estado.
CUADRO
Nº 3
PRESENCIA
E INCIDENCIA FILOSOFICA
Desde el otro lado de Latinoamérica, resulta desconocida la obra de Batlle y sus fundamentos teóricos. Este blog resulta un recurso de gran interés.
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