D - UNA VISION CON FUTURO
El gusto por la "Belle Epoque" se ve en parte en la arquitectura urbana,
realizándose un estilo ecléctico en la decoración de los interiores, verdaderos
escaparates de adornos de las más variadas procedencias.
Algunos sectores de la ciudad están relacionados a la época: la calle
Sarandí para las compras y los "encantos"; la Plaza
Independencia para las grandes conmemoraciones; el Prado y el Parque Urbano
para los paseos en carruaje, así como el parque privado de Rossell y Rius (hoy
Villa Dolores) para grupos todavía más reducidos. Los teatros Solís y Urquiza.
El palco de Maroñas y algunos clubes sociales de difícil acceso (Uruguay y
Jockey Club), fueron los lugares donde la belle époque se visualizó.
"Entender los procesos urbanos en las urbes y grandes
ciudades... es clave para la comprensión de las transformaciones económicas,
sociales y políticas de sus países respectivos...
En la ciudad, las tensiones entre las clases sociales, matizadas por el
reparto del poder político y los derechos ciudadanos, se manifiestan en
relación a la capacidad que tienen los ciudadanos de organizar sus vidas
individuales o colectivas y de acceder a los centros de decisión. Estas
tensiones varían en intensidad y características según las fuerzas sociales
presentes en cada ciudad...".[1]
En carta fechada el 11 de junio en París, Batlle pensaba en el futuro
de nuestra capital: "...Pienso en Montevideo al ver estas cosas y me
digo que la Junta debería de tener valor para no ahorrar en la apertura de
calles, ahí donde la tierra es todavía barata, ni en la formación de jardines.
El bosque de Boloña me hace pensar particularmente en mi proyecto de un gran
paseo en Carrasco, de dos mil hectáreas y me imagino que podríamos hacer algo
mejor todavía que este bosque. Tendríamos el auxilio del mar, de que aquí no se
ha podido disponer y que lo tendríamos a la mano. El automóvil y el tranvía
eléctrico suprimirán todas las distancias.
Podemos tener una buena razón para animarnos a todo y lo que sea embellecer a Montevideo no debe
considerarse como un gasto de lujo, sino como un buen negocio hecho con
nuestros vecinos los porteños, llamados a darnos cada día mejores rendimientos.
Creo que el gobierno o la Asamblea, debería estimular la acción de la
Municipalidad ayudándola con algunos fondos que le permitiesen, por ejemplo,
unir con una gran avenida de 150 metros por lo menos de ancho, el Parque Urbano
y el que va a hacerse en los campos del Chivero.
...En presencia de estas grandes ciudades europeas, no es el desaliento
ni un sentimiento de inferioridad, lo que se produce en el espíritu de los que
aquí venimos. ¡Al contrario! He notado,
como fenómeno casi general, que nos sentimos superiores a lo que nos creímos, y
que nos sentimos bien dispuestos, para afrontar, bajo muchos puntos de vista,
comparaciones, que podrían resultarnos ventajosas. Por ejemplo, nuestro
alumbrado público es igual o mejor que el de París; el alumbrado a luz
eléctrica para particulares es más barató ahí que acá y lo será enormemente con
la transformación; nuestros tranvías son superiores; el aspecto general de la
población no es inferior al de la población de esta ciudad. Si tenemos
administraciones honradas durante veinte años, lo que no me parece difícil y
creo que es poco pedir, y si somos un poco medidos para regalarles los pesos a
las empresas que tienen su asiento en el
extranjero, creo que podemos hacer maravillas".[2]
Se tenía claro cual era el papel del turista: "...son
inmigrantes -económicamente
considerados- de una clase especial. No producen, no incorporan su actividad al
país que visitan; pero gastan en él, y en este sentido hacen producir en
proporciones enormes. Cuando forman una corriente poderosa, estable,
permanente, hacen vivir por sí solos ciudades y comarcas enteras. Niza y toda
su encantadora "cote d'azur" en el mediodía de Francia; Lucerna y su
luminoso lago entre las montañas de Suiza; Ostende y su magnifica playa en
Bélgica ¿a qué deben el secreto de su prosperidad sino a las inmensas caravanas
de paseantes de todas las nacionalidades que las visitan año por año?".[3]
Todas estas inquietudes trasmitidas por Batlle desde París, intentará
llevarlas a la práctica durante su segunda presidencia.
El gobierno se había preocupado de los espacios verdes para solaz de los
habitantes de la ciudad: Parque Durandeau, Parque de los Aliados.
Este último estaba destinado, en un futuro nada lejano, a albergar las
legaciones extranjeras y, al mismo tiempo, entre señorial y popular, había sido
engalanado por los banqueros agradecidos a su país centenario con un obelisco
conmemorativo, y por los gobiernos con un estadio en el que la "celeste"
refrendaría en 1930 su valía mundial consagrada anteriormente en Colombes y
Amsterdam.
Las otras ramblas albergaban cada vez más chaletes y casas veraniegas,
que junto a los recién construidos hoteles "Rambla" y "Miramar",
presentaban a Montevideo, con sus amplias, arenosas y soleadas playas, como la
ciudad turística que la vecina Buenos Aires buscaba.
También se tendrá en cuenta, a medida que el movimiento de pasajeros y
comercial con la vecina orilla crece, la actitud de la empresa que monopoliza
tal navegación, subiendo sus tarifas, perjudicando al país. Es que el diputado
Fernández Ríos presenta un proyecto por el cual se crearía una compañía de navegación fluvial destinada a fomentar el
turismo. De esta manera se pondría remedio al abuso de los particulares.
Si bien se combatió el latifundio rural no se dejó de lado el ataque al
latifundio urbano: "...la posesión de grandes terrenos baldíos sobre
las principales calles y avenidas de la ciudad.
...Las principales vías, aquellas donde todo concurre a darles
importancia y valor, son las preferidas para ubicarse los espectadores, a favor de la liberalidad
de nuestras leyes municipales, a esperar tranquilamente la valorización, ese
fenómeno que Lloyd George llama "aumentos no ganados", acrecimientos
de capital que favorece al pudiente sin exigirle esfuerzos de ningún género y
sin que pueda considerarse que son un premio por algún bien que con su posesión
haya hecho a la comunidad, porque es todo lo contrario de eso. La posesión de
un gran terreno baldío durante largos años perturba el orden de la edificación
con perjuicio para los que constituyen en las inmediaciones. Estos propietarios
soportan infinitos males como consecuencia de tener un vecino que se empeña en
conservar algunos miles de metros en eterna expectativa de mayor valor.
Muchas veces el latifundista urbano es la causa de que durante años y
años se oiga el clamor por la apertura de calles sin que pueda realizarse tan
justa aspiración. Sus dominios abarcan unas cuantas hectáreas dentro de la
ciudad y se mantiene imperturbable en su placer de poseer una chacra en plena
capital de la República".[4]
1 - Vialidad y obras públicas
A partir de 1905, el gobierno comienza a volcar su esfuerzo por mejorar
las comunicaciones entre la capital y el resto del país. Entre las medidas
adoptadas está la reglamentación de todos los trabajos de vialidad a cargo de
la sección de Puentes y Caminos del Departamento de Ingenieros, bajo la
dirección inmediata del Ministerio de Fomento. El objetivo de esta medida era
abreviar trámites y de esa forma facilitar el dictado de medidas rápidas y
eficaces.
Dos serían las obras a solucionar de forma inmediata:
-la delineación general de caminos. Al encontrarse nuestros caminos nacionales y
departamentales en condiciones
irregulares, se buscaba acortar las distancias de su recorrido, haciendo que
sigan en lo posible una línea más recta.
Se entendía que esta cuestión era vital para la República.
-la construcción de puentes. Nuestro suelo se encuentra excesivamente
regado por arroyos y ríos, y tan inclinados los unos y los otros a desbordarse
en cuanto recrudecen las lluvias.
Los puentes más necesarios eran: Río Negro, Santa Lucía, San José,
Arapey, San Salvador, Olimar. Los puentes además darían una mayor unidad material y de
comunicación al país. Además se busca la navegación de estos ríos.
Entre las grandes obras de vialidad que se proyectaron está la del
puente en la Barra de Santa Lucía. Tal obra daría salida a una gran parte del
departamento de San José, cuyas comunicaciones con la capital son costosas y
difíciles, por otra parte favorecerá enormemente a la agricultura.
Pero es que de la misma manera que favorece directamente los intereses
de la agricultura, el proyecto del puente sobre la Barra favorece también
directamente los intereses de una buena parte de la ganadería nacional. Todos los
establecimientos ganaderos del centro y del sur de San José tendrán facilidades
excepcionales para llevar su ganado a la tablada de Montevideo. En vez de dar
costosas vueltas por el ferrocarril, no tienen más que venirse a pie hasta el
Santa Lucía y atravesar el puente, llegando a su destino en breves y económicas
jornadas.
Esta obra se circunscribía dentro de otro proyecto más ambicioso: "Desde
hace muchos años está en germen un proyecto de grandes proyecciones para el
departamento de San José. Consiste éste en la construcción de un ferrocarril de
trocha angosta que ha de recorrer todas las regiones agrícolas de aquel
departamento para acumularlas en una región próxima a la capital y facilitar su
transporte con fletes económicos. Pues bien; aquel proyecto no ha podido cristalizarse
aún en una plausible realidad, por la sencilla razón de que se ha venido
echando de menos el Puente en cuestión. Precisamente; la construcción de esa
obra es el eje alrededor del cual gira la practicabilidad del ferrocarril
agrícola de San José".[5]
En 1907 se
autorizó la construcción del "Parque Hotel" a privados y la
explotación de un Casino, recién inaugurado en 1909. La municipalidad de
Montevideo en 1915 adquiere el "Parque Hotel" y comienzan las
obras del "Hotel Carrasco", siendo finalizada en 1921.
Otra obra que pretenderá la administración de Williman será el
mejoramiento del puerto de Maldonado, favoreciendo no solo a Punta del Este,
sino a esa capital departamental, ya que a fines de 1910 ésta estará unida con
Montevideo por la línea férrea.
Por otra parte se estaba planificando la realización de una gran avenida
en Montevideo: "En primer término, dará movimiento y animación a una
gran parte de Montevideo, triste y casi desierta, a pesar de estar casi totalmente
edificada, como es la comprendida en línea recta entre los antiguos barrios del
Córdon y de la Aguada. En segundo término, vendrá a unir por sus dos extremos a
las residencias de dos de los altos poderes del Estado, los que por si solo
dará motivo a un gran tránsito. Y en tercer lugar, y esto es de lo más
importante, su costo será tanto menos considerable cuanto que ni obligará a
derribar edificios lujosos y costosos ni a expropiar predios urbanos muy
valorizados".[6] La
avenida no tenía el fin de ostentación, de lujo, que se presume, tiene por
objetivo principal el poner en contacto directo dos zonas importantes de la
ciudad, las que se encontraban separadas por no existir vías cómodas y directas
de comunicación.
En 1926 la Dirección de Arquitectura realiza el proyecto de avenidas
entre la Plaza Independencia y las entradas al puerto y la estación ferroviaria
y la rambla Sur.
"1º- La formación de una
plaza sobre la fachada sur del edificio en construcción de la Aduana,
creándose de este modo un nudo de unión entre las avenidas y la proyectada
avenida Pérez Castellanos. Constituiría esa plaza, según el plano cuyo
principal gestor es el arquitecto Lerena Acevedo, emplazamiento apropiado para
la estatua de Zabala.
2º- El ensanche a 30 metros de la calle Pérez Castellanos, desde la
plaza de la Aduana hasta la rambla Sur.
3º- El ensanche a 17 metros de la calle Maciel.
4º- La continuación de la Rambla Sur desde su punto terminal hasta la
Plaza de la Aduana, limitando la zona portuaria.
5º- El ensanche de la calle La Marsellesa a 30 metros, estableciéndose
una amplia avenida de contorno del recinto portuario, sirviendo de unión entre
la Aduana y la estación de ferrocarriles.
6º- La construcción de una gran avenida jardín o "parkway"
comunicando la avenida y la Plaza Independencia. Se crearía de ese modo, una
entrada monumental a dicha plaza, con perspectiva a la estatua de Artigas y al
futuro palacio de Gobierno cuya ubicación fue fijada por la comisión de
técnicos nombrada a ese efecto, en el costado sur de la plaza, como se observa
en el plano.
7º- La ubicación del futuro Palacio de Gobierno en el costado sud de la
Plaza Independencia, es el eje del proyectado "parkway", y
finalmente la creación de una zona de jardines entre ese futuro palacio y la
Rambla Sur".[7]
2 - Plazas y parques
Montevideo era centro de alabanzas pero se debía de realizar las obras
necesarias para su futuro: "...Se ha hablado mucho tiempo del turismo
como de una importante fuente de recursos que conviene explotar en provecho
común, y hasta se ha agregado que el progreso de Montevideo dependía en gran
parte de esa su condición de magnífica ciudad balnearia, acogedora y
hospitalaria como muy pocas en el continente.
...Montevideo como ciudad veraniega. Creemos, sin embargo, que las
autoridades edilicias deberían esforzarse en secundar la obra admirable de la
naturaleza, si es que se desea estimular la venida de los forasteros e
intensificar la inmigración de los turistas que tantos beneficios nos depara.
Hay que mejorar el servicio de nuestros hoteles balnearios, de los que cabría
decir que no son ahora todo lo confortables que podrían y deberían ser. Es
indispensable también ofrecer al viajero un buen programa de festejos y
diversiones que le hagan grata y deseable la permanencia entre nosotros. No
basta para decidir al forastero a visitar nuestra metrópolis el atractivo de
sus playas: hay que proporcionarle también pasatiempos de otra naturaleza...".[8]
PLAZA INDEPENDENCIA: En 1906 se le
realizarán ciertas modificaciones a la Plaza Independencia, estableciendo la
Dirección de Parques y Jardines que el objetivo de tal reforma responde a
reglas estéticas y prácticas. En el centro de la plaza deberá levantarse un
monumento conmemorativo de nuestra independencia cuya cúspide ha de corresponder
con los ejes de las calles 18 de Julio y Ciudadela, levantándose en lo alto,
como el recuerdo de nuestras glorias nacionales. Rodeará a la plaza una cadena de palmeras
exóticas (Phoenis canariensis), y en los vértices las cuatro piletas con los prismáticos juegos
de agua. Las instalaciones del alumbrado estarán apoyadas en hermosas columnas,
donde la luz podrá desparramar sus rayos en toda la dilatada superficie.
PARQUE CENTRAL: (Parque de los
Aliados): Montevideo contaba en 1906 con el Prado y el Parque Urbano los cuales
presentaban ciertas dificultades para las clases más numerosas. El primero
reunía más condiciones de un paseo aristocrático que popular, por su situación
y lo caro que resultaban los medios de
transporte para trasladarse a él; el segundo, si bien tiene como afluentes casi
todas las líneas de tranvías con pasaje barato de 4 centésimos, en cambio no
posee la amplitud que debe tener un verdadero parque.
Por ello la Junta Económica Administrativa propuso un proyecto por el
cual recomienda la compra a la sucesión de Antonio Pereyra de 39 hás. de
terreno, adyacentes a la fracción donada a la Municipalidad por el propio señor
Pereyra la cual tiene una extensión de 11 hás., de manera que en total se
dispondría de unas 50 hás. Las mismas estarían ubicadas entre Camino 8 de
Octubre, desde la altura del Hospital Italiano y se extenderían hacia el sur,
hasta la calle Rivera. Estas hectáreas conocidas como el Campo de Chivero, le
costarían a la Municipalidad a razón de 60 centésimos el metro.
El proyecto establecía la posibilidad que la Junta E. Administrativa
vendiese 10 hás. de las 50, con la condición de que los adquirentes dediquen
las mismas a la construcción de casas con jardines, restaurantes u otros
comercios semejantes, casa de recreos públicos o sociedades de juegos atléticos
e instituciones de la misma índole. La reventa de esos terrenos, en solares
pequeños entra naturalmente como una de las condiciones principales dentro del
plan de financiación de la obra. El arquitecto paisajista encargado de
emprender tal obra será Thays.
Por su parte Thays preveía en su proyecto las avenidas del parque de 30
y de 50 metros, sus arboladas distribuidas inteligentemente y
profusamente, sus pelouses de juego
extensas y variadas. Preveía la construcción de un Estadio, el cual fuera capaz
de difundir y estimular el ejercicio físico. También esperaba levantar un Museo
de Bellas Artes y un Jardín Zoológico Municipal. La entrada principal del
parque estaría ubicada en prolongación a la avenida 18 de Julio.
PARQUE URBANO: (Parque Rodó):
Desde fines de 1907 se venía estudiando la reforma de dicho parque.
"Tenemos en Ramírez ese caso singular de una playa de baños, enclavada en
el mismo centro de la ciudad, caso que probablemente no se repite en ninguna
otra capital del mundo. Y bien: no debemos conformarnos con ese solo privilegio
de la naturaleza. Debemos complementar esa
playa con un parque majestuoso que junte a las maravillas de las
perspectivas del mar con los encantos de la fronda de los árboles, parque que
no ocupe como ahora el fondo misérrimo de una quebrada indigente, sino que se
extienda, que siga la línea sinuosa del río, que trepe las alturas
circunvecinas, que se apodere de todas las vistas panorámicas de la costa, que
ofrezca sombras bienhechoras, inmensos horizontes, grandes amplitudes para el
desahogo de la sofocada colmena humana.
Si es posible -y si no lo es hay que hacerlo- la extensión del Parque
Urbano debe llevarse hasta toda la línea de prolongación del Bulevar Artigas,
es decir, hasta la recta que partiendo del actual Parque del Pueblo -desde
camino 8 de Octubre, Hospital Italiano- va morir al lado del Faro de Punta
Carretas. Así se podrá tener área suficiente para formar un gran paseo que
aprovechará todos los efectos de las caídas hacia la costa y que será en el
porvenir el más central, el más concurrido y el más encantador de todos los
paseos públicos".[9] Dentro del proyecto
se establece la construcción de un gran hotel, que sin duda favorecerá la
concurrencia extranjera a nuestras playas.
Tanto el parque Urbano como el parque Central estarían unidos por una
gran avenida (Bulevar Artigas). El decreto del Ejecutivo establecía que el
proyecto estaría a cargo del arquitecto Thays.
También hubo una preocupación por embellecer otros lugares de
Montevideo, por ejemplo El Prado (1873), en 1912 se extendió a 18 hectáreas El
Parque Urbano (1901) fue ampliado en 1911 hasta Punta Carretas y en 1913 pasó a
130 hectáreas; el Parque Central (1907) fue ampliado en 1911.
PARQUE DEL CERRO: Al asumir en
su segunda presidencia Batlle encarga al arquitecto Baroffio el trazado de un
plano de las líneas generales y esenciales para la formación de un parque en
la cumbre del Cerro; pero, abarcando una superficie mayor que la que estableció
luego la ley sancionada y promulgada en 1912.
PARQUE DURANDEAU: El 24 de marzo
de 1929 se habilitó dicho parque, ubicado en Carrasco. El Consejo no ha decidido
la apertura definitiva al público, por lo cual se fijaron, a los efectos de
que se pueda apreciar su belleza, los días domingos 24, jueves 28, sábado 30, y
domingo 1, desde la hora 12 y 30 a las 18 y 30.
La Dirección de Paseos espera que no sean molestadas las aves que
deambulan por los bosques, pues muchas de ellas no pertenecen al Municipio y a
él se ha encomendado se conservación y cuidado.
La entrada al parque será por
Camino Juan Ferreira, cerca de los Portones de Carrasco y se podrá entrar en
auto.
BARRIOS-JARDIN: A fines de la
década del 10 se proyecta la construcción de barrios-jardín, los que estarían
ubicados en el Cerro y en los terrenos municipales inmediatos al Parque
Urbano, conocidos con el nombre del Parque del Pueblo.
Se entendía como necesario abrir nuevos espacios pequeños en diferentes
zonas de la ciudad, teniendo una planificación donde se preveía la apertura de plazas para expansión
y oxigenación de la población trabajadora.
En cada barrio debe haber, por lo menos, un parque de cuatro o cinco
hectáreas con tales fines.
"...ningún paraje (Cerro), como ése, por la excepcionalidad de
su posición topográfica, se ha brindado a la labor transformadora y decorativa
con evidencia prodigiosa. Se han dejado llenar sus faldas y adyacencias de una
edificación miserable, uniforme, regida por el viejo y desastroso patrón del
simétrico cuadrilado colonial, que todo lo ha invadido; de establecimientos
insaludables y hediondos como los saladeros ... Los turistas, que atraídos por
la posición del Cerro, por el panorama que él ofrece sobre el mar, sobre la
ciudad y sobre las campañas vecinas, se han lamentado siempre del abandono en
que se tiene tan inmejorable y espléndido paraje, codiciado y envidiado por
muchas ciudades de mayor fuste que la nuestra. Parecía a todo el mundo
rarísimo, inexplicable, que no supiésemos aproximarlo y sacar partido, aun en
beneficio de la moderna industria del turismo que tanto repercute sobre la
economía de los pueblos capaces de explotarla y estimularla, de su transformación
en gran paseo público, con vistas dominantes sobre la bahía y la ciudad, y
permitiendo, en cambio, que cada día se hiciera más difícil esa obra por el
hecho de no tomarse medida tendiente a adquirir el sobrante de tierra vacía, o
a prohibir nuevas edificaciones inconciliables con la índole del paraje, o a
desterrar, por lo menos, las instalaciones
saladeriles".[10]
LAMINA Nº 11
PARQUE DEL CERRO
El Día. Octubre, 13 de 1921.
Por su parte el Parque Urbano estando limitado por Bulevar España,
Bulevar Artigas y la calle 21 de Setiembre, su topografía es apropiada para la
realización de un barrio de hoteles o chalets particulares decorativos entre
jardines, caminos y avenidas irregulares que quiebren las líneas geométricas
de nuestra planta urbana.
"Se quiere, en efecto, que los terrenos del llamado Parque del
Pueblo sean incorporados al Parque Rodó ... es de por sí extenso, y mucho más
lo será en breve, con la habilitación de los terrenos expropiados para su
ensanche, que harán de él el sitio público más amplio de Montevideo, puesto que
llevarán sus límites hasta cerca de Punta Carreta.
Nuestra prédica incesante en materia edilicia se ha orientado en el
sentido de conseguir la distribución profusa, por toda la ciudad, de plazas,
parques y jardines públicos, que sean verdaderos sitios de oxigenación colectiva,
a la vez que de confortador esparcimiento. Nosotros hemos juzgado que éstas
eran algo más que simples conveniencias de orden estético, puesto que las
hemos considerado verdaderas exigencias de conservación social, y hemos
pensado siempre, en lógica consecuencia,
que el deber de contemplarlas constituía una necesidad absoluta e imperiosa".[11]
JARDIN BOTANICO: En mayo de
1921 se comienzan las obras de ampliación del Jardín Botánico, tres hectáreas
de superficie más destinadas al cultivo de las especies medicinales con fines
pedagógicos y experimentales. El nuevo predio pertenecía al Prado, con frente
al Camino Reyes y lindando con el Jardín Botánico y el predio de la Asociación
Rural.
PRADO: El arquitecto Scaso en
1929 se propone la realización de ciertas mejoras de vialidad. En el presente
plano se establece:
1 - La avenida costanera Sur, que arrancando de la calle Zufrategui, en
la zona en que se ha suspendido el amanzanamiento, se desarrolla al costado del
cauce, a una distancia media de cincuenta metros, apropiada para que la margen
izquierda del arroyo quede como espacio libre para el uso del público. Esta
avenida termina en el puente de la avenida Buschental, junto a la parada de los
tranvías.
El trazado se desarrolla en curvas suaves que siguen a la vez la
topografía del terreno en lo que le es propicia para realzar la belleza del
paseo por servir de punto de observación de variadas perspectivas; y tiene la
ventaja de dar a preciosos ejemplares de plantas hermosamente desarrolladas.
2 - Se señala la avenida costanera Norte, que tomando en su nacimiento
el eje de Larrañaga, sigue la costa opuesta para salir en la conjunción de las
calles Agraciada y Castro, abriendo una entrada directa indispensable para dar
fácil acceso al Prado. Esta avenida atraviesa el paseo siguiendo, en lo
general, la línea de la costa, y formando con la costanera Sur, una avenida con
curso de agua, de un promedio de más de 100 metros de ancho.
Estas dos vías contendrán una vereda de seis metros de ancho, para
jinetes y una calzada de ocho metros para circulación de vehículos en los dos
sentidos.
3 - Indica la nueva calzada a
construirse en la entrada por la avenida Buschental, hacia el lado de la
Rosaleda.
4 - La avenida de acceso por Raffo y Castro, que pondrá en comunicación
directa y fácil el Prado con las calles nombradas, de gran circulación.
5 - Marcar una entrada por Castro en el punto medio, con la cual se
evitan los rodeos necesarios para llegar hoy al centro del paseo, debido a que
las calles Castro y Lucas Obes, son vías de rodeo.[12]
3 - La industria turística
"...La afección de los montevideanos por los baños marítimos
nació en temprana época y es anterior a la "manía" de los balnearios.
En 1843, la playa del Cubo del Norte (aproximadamente situada en la que hoy es
Bartolomé Mitre en su término del lado del puerto) era la predilecta de las
señoras. En tanto, la playa Cubo del Sur, frente al actual Templo Ingles, era
la seleccionada por la población masculina y bien desde antiguo por donde está
el edificio de la Aduana, tomaron los sacerdotes costumbres de irse a
"mojar" por lo que al lugar se le conocía como el del "baño de
los Padres".
Otros baños complementaron, en poco tiempo, el panorama de las personas
de escasos recursos económicos que veraneaban sin alejarse de la ciudad: los
baños de Aurquía (aproximadamente en Ciudadela y Maldonado), los de Santa Ana
(más o menos al comienzo de la calle Vázquez, sobre la Rambla) y los muelles de
Gounoilhou que, imposible de pronunciar, quedó reducido al Guruyú que todos
conocemos".[13]
A partir de 1871, Montevideo comienza a utilizar sus playas, en especial
Ramírez y con el tiempo Pocitos, Troville (1879), Capurro (1900), Carrasco
(1912); en los veinte, Malvín y Buceo.
En la última década, el financista español Emilio Reus construyó su
balneario, entre las calles Piedras, Guarón y la bahía, contando con dos
piletas una para damas y otra para caballeros, techadas y alineadas por el agua
del Río de la Plata.
Otro jalón se puede establecer en 1872 cuando el ferrocarril llegó a
Santa Lucía, donde Buschental inauguró el "Hotel Biltmore",
con ello también se da la construcción de casaquintas. Por esta fecha se funda
el "Hotel Suizo" en Colonia Suiza.
La actividad turística se remonta al siglo pasado, provocándonos
sorpresa al ver que el lugar de inicio es la ciudad de Mercedes, elegida como
la predilecta de las familias argentinas por considerar que las aguas del Río
Negro eran milagrosas y curativas.
Una línea costera desde Colonia hasta el Chuy se vio beneficiada por las
iniciativas de forestación de la franja costera (Burnett, Antonio Lussich,
Francisco Piria).
La ciudad de Montevideo apostaría a ganar año a año más turistas de la
vecina orilla, "El movimiento total de pasajeros entre Montevideo y
Buenos Aires asciende a un total, -término medio, se entiende,- de 200.000 por
año. El promedio mensual en los meses de Abril a Noviembre, inclusive, es de
13.250, al paso que en los meses de
Diciembre, Enero, Febrero y Marzo llega a 21.750. El saldo permanente de
pasajeros en estos últimos cuatro meses es algo más de 3.000...".[14]
En 1907 es declarado pueblo Punta del Este, la construcción del Real de
San Carlos fue autorizada en 1909 y se invirtió en un hotel-casino, un muelle,
e instalaciones para deportes y una plaza de toros, pero su esplendor fue
corto, ya que en 1912 se prohibió las corridas de toros.
En 1911 nacía La Floresta y se proyectaba Atlántida; inaugurándose dos
años después el "Atlántida Hotel". Vendiéndose terrenos
donde se levantaría el balneario "La
Paloma". Por esta fecha otras estaciones de baños se destacan Las
Toscas, Solís Grande, Piriápolis, Manantiales, Punta del Este.
En ellos ha predominado la iniciativa particular, prescindiendo de
Piriápolis, cuyo propietario, Francisco Piria, ha hecho más que una
Municipalidad, en el resto, se ha destacado y prestigiado el mérito propio de
las playas con el concurso casi exclusivo de empresas o individualidades
privadas.
Todo esto fue acompañado por un crecimiento del ferrocarril, que en
1910 llegó a Maldonado, en 1928 a Rocha, en 1930 a Punta del Este.
"...no se requiere ser muy zahorí para advertir que lo que queremos es que los ricos
extranjeros sean atraídos.
...tenemos Carrasco, la más vasta y abierta playa de América; Atlántida
con sus arboledas en pleno desarrollo, sus pintorescas barrancas y su
construcciones modernas; Floresta, con sus prados admirablemente planeados y un
gran hotel en proyecto; Sarandí que empieza a surgir con un núcleo de casas
apropiadas; Solís, dotado de un hotel confortable, con playas sobre el mar y
sobre el arroyo del mismo nombre, plantaciones inmensas y sierras de bellísimos
panoramas; Piriápolis, que es el resultado del esfuerzo vigoroso de un hombre
de progreso y que ofrece todos los atractivos de los más hermosos paisajes
naturales; Punta Ballena, la maravillosa transformación de médanos y cerros
estériles y pedregosos en uno de los parajes más deliciosos de la tierra y en
uno de los bosques más grandes, nutridos y variados, donde alternarán llenos de
vitalidad los árboles de todas las latitudes; Punta del Este, el balneario
ideal por su situación y por sus vistas, casi rodeado de mar, siempre fresco,
con baños tranquilos y agitados, para todos los temperamentos, salubricado por
brisas permanentes que hacen posible la vida a pleno sol en las horas más ardientes del día;
Manantiales, que año tras año va adquiriendo mayor importancia; La Paloma,
casi sobre el océano, muy poblado, de playas amplísimas, donde acaban de
plantarse millares de árboles de abrigo y de sombra...".[15]
Sin duda la iniciativa privada fue fundamental en este proceso de dotar
al país de los atractivos necesarios para los visitantes.
Piriápolis, la joyita: "Si existe en nuestro país un lugar donde
todo se encuentra reunido para hacer las delicias del turista, ése es
Piriápolis. A la obra magnífica de la naturaleza, con sus hermosos cerros, su
vegetación exuberante, su gran playa de límpidas arenas en aguas profundas y
claras, debe agregarse la obra realizada por el hombre emprendedor,
infatigable, que sabe sacar profundo partido de las cosas bellas que se le
cruzan en el camino de sus actividades múltiples. Piriápolis es el paraje ideal
para todos aquellos que desean descansar de las fatigas diarias, cobrar nuevas
energías, hermanarse con la naturaleza pródiga. No tiene otra explicación el
envidiable y sólido prestigio que goza fuera y dentro del país, prestigio que
permite año tras año congregar en sus risueñas playas abiertas al saludable
aire del mar, y en sus infinitos lugares de poesía, bajo la sombra de los
árboles, en el macizo de sus serranías que la estrechan como en un abrazo, a
verdaderos enjambres de turistas. Es la vida de playa y la vida de campo unidas
en una sola, la que puede realizarse en Piriápolis...
...más que una playa sin rival en toda América, es un parque inmenso que
solo encuentra puntos de comparación en los grandes y confortables parques de
Norte América...
...Ya es infinito el número de pedidos de alojamiento que se ha recibido
de familias de nuestro país y del
extranjero. Se teme, con justa razón, juzgando por el número de pedidos
así como el precedente de los años anteriores, que no habrá capacidad
suficiente en todos los hoteles de Piriápolis para albergar a todos los que
desean vivir una temporada ideal de veraneo. Esta circunstancia ha planteado el
problema de la construcción de un nuevo gran hotel, más amplio que el actual,
que tiene una capacidad para 200 personas, y cuyos cimientos ya han sido
echados. Este gran edificio tendrá capacidad para 1800 personas. Es esta obra
la más elocuente prueba de que Piriápolis se ha impuesto definitivamente al
turismo nacional y sudamericano".[16]
Uno de los balnearios más publicitados de Canelones era Atlántida:
TURISTAS !!
A la ATLANTIDA
A la PLAYA IDEAL: Oceánica, Cercana, Tranquila
Viaje delicioso para automovilistas. 50 kilómetros con buena carretera, atravesando paisajes pintorescos. - EN UNA HORA Y
MINUTOS SE ESTA EN LA PLAYA
HOTEL Y RESTAURANT[17]
|
Otro aviso de la época establecía:
A T L A N T I D A
H O T E L
Situado
sobre las altas barrancas que bordean la hermosa playa Atlántida. Rodeado de
espléndidas arboladas. Tienen alumbrado central, caños maestros, teléfonos
Uruguayos y Cooperativa, aguas corrientes en todas las piezas. Con vista al
mar de todas las habitaciones.
COCINA
DE PRIMER ORDEN
Canchas de golf, tennis, basket
ball, football. Plaza de deportes en la misma playa.
CARRETERA
HASTA EL MISMO BALNEARIO
Magnífica
excursión en automóvil (57 kilómetros)
FERROCARRIL
TODOS LOS DIAS
Salida
de Central 9.10 Llegada a Atlántida
11.6
Regreso
de Atlántida 19.2 Llegcda a
Central 21.15
TREN
RAPIDO DE LOS SABADOS
Salida
de Central 14.30 Llegada a Atlántida 15.58
Regreso
(lunes) 9.52 llegada a Central 11.20
AGENCIA
EN MONTEVIDEO
1272
SAN JOSÉ 1272
LOS DOS
TELEFONOS[18]
|
La propuesta para Piriápolis:
¡LA SEMANA DE TURISMO!
Pueden darle los nombres que quieran, que al fin y al
cabo todos saben que es la SEMANA SANTA. Este año viene con mucho retardo y un
bien.
La disparada de los veraneantes en todos los
balnearios, hace ya mes y medio que se ha producido y sin embargo Piriápolis
sigue en pleno apogeo.
Ahora que la "Semana de Turismo" se va a
iniciar, el único balneario que será enormemente concurrido es Piriápolis.
¿Por qué? Es bien fácil de explicarlo. En esta
estación predominan ya los vientos fríos de tierra, lo que hace imposible la
permanencia en las playas con la sola excepción de la de Piriápolis, en la que
su marco de montaña y bosques la preserva, quedando convertida en un Edén. Los
que vayan a Piriápolis, verán que allí, por su abrigo, continúa la primavera.
Se preparan excursiones interesantísimas y variadas a
sus cerros, a sus bosques y a los muchísimos puntos donde pueden efectuarse.
Exceden de DOS MIL, el número de personas, que se
proponen pasar los OCHO DIAS en aquella localidad encantadora, así que el Gran
Hotel, el Miramar, el Zolezzi, Bella Vista, Lesada y demás Hoteles, tienen ya
casi todo pedido.
Unica playa que en Otoño es abrigada. ¡El pampero
barrerá cruelmente a los que desoigan nuestro consejo!
Vayan a Piriápolis en la SEMANA DE TURISMO.
Para solicitar alojamiento en el Hotel Piriápolis,
dirigirse a "LA INDUSTRIAL", Sarandí 500, Montevideo, o en Piriápolis
a
CARLOS
BONAVITA, Administrador.
Abril
3, 4, 5, 6, 7 y 8.[19]
Esta prédica por la industria del turismo nos permite reafirmar nuestra
idea que la ideología batllista es ecléctica, se fue formando a lo largo del
tiempo, y nuestra sorpresa se nos presentó al ver que todavía en 1924 se seguía
asimilando ideas desde el Viejo Continente.
En esta área se recurrió a quien en 1924 ocupaba el cargo de jefe del
Partido Radical Socialista francés y entonces primer Ministro y autor de la
obra titulada "Crear",
estamos hablando de Eduardo Herriot. El
Día transcribirá fragmento de dicha obra: "Sin insistir mayormente sobre un tema que podría dar lugar a vastas
consideraciones, queremos, al menos señalar la necesidad de incluir la
organización del turismo entre las obras que han de provocar en el mañana la
restauración de la Francia...
...En el mes de Abril de 1917, el ministro de Trabajos
Públicos llamaba, por medio de una circular, la atención de todos los prefectos
sobre el interés que presentará el desarrollo del turismo en Francia después de
la paz...
...La ley de finanzas del 8 de Abril de 1910 creaba la
Oficina Nacional del Turismo, y la dotaba de personaría jurídica, así como de
autonomía financiera. Esta institución tiene por objeto: 1º centralizar y
coordinar los informes y datos de toda especie, concernientes al turismo en
todas sus formas; 2º investigar todos los medios apropiados para desarrollar
el turismo, y provocar en caso necesario, todas las medidas tendientes a
mejorar las condiciones de transporte, de circulación y de residencia de los
viajeros; 3º organizar la propaganda en el exterior...".[20]
LAMINA Nº 13
AFICHE TURISTICO DE 1917
La Mañana. 1917.
[1] Alabart, Ana
- García, Soledad - Giner, Salvador. (Comps)- Clases, poder y ciudadanía. México.
1994. págs. 1-2.
[7] Urbanización
de Montevideo. Proyecto de sistema de avenidas de acceso al centro de la
ciudad. El Día. Junio, 18 de 1926.
[13] Canessa de
Sanguinetti, Marta- Vacaciones y baños de mar. En Correo de los
viernes. Enero, 22 de 1982.
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